Testigo presencial en su niñez de la endémica Violencia colombiana —llamada Violencia Partidista a mediados del siglo pasado—, y que luego derivaría hacia las originadas por la guerrilla, el narcotráfico y el paramilitarismo durante lo que va del nuevo milenio, Antonio José Gálvez testimonia en La meditación de los fusiles su ejercicio profesional como Ingeniero Civil y sus encuentros azarosos, circunstanciales, con dichos fenómenos sociopolíticos y económicos, devastadores en muchos momentos.
Pero, sobre todo, el autor aporta la reflexión serena, juiciosa, lúcida y muy propositiva, proveniente de su autodidactismo, de su afán por crecer como persona íntegra, así como de su interacción con las disciplinas humanistas, científicas y espirituales que han ido revelándose y relevándose a lo largo de este Siglo XXI. Y precisamente allí reside la virtud de este su primer libro: el cultivo de una voluntad personal inquebrantable en evolución y superación permanentes, a partir de la Consciencia plenamente asumida, y de su sintonía con la Vida en el sinfín de posibilidades maravillosas, creadoras, que la distinguen y hacen única e irrepetible.
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